Liderazgo blando: ¿Pueden los líderes ser demasiado blandos?

¿A qué se refieren las personas cuando hablan de liderazgo blando? ¿Por qué es bueno? ¿Puede uno excederse?

LIDERAZGO | 8 MINUTOS DE LECTURA
¿Qué es el liderazgo blando?

¿Qué es el liderazgo blando?

Se trata de un estilo de liderazgo que se centra en las relaciones y las habilidades interpersonales, como la negociación, la persuasión y la comunicación. La expresión se atribuye principalmente al profesor MS Rao. Conocido como "el padre del liderazgo blando", afirmó que este tipo de liderazgo es el más adecuado para liderar a los trabajadores del conocimiento con aspiraciones en un lugar de trabajo moderno y tecnocrático. Asimismo, determinó 11 atributos que caracterizan al liderazgo blando: las "11 C". Entre ellos figuran el carácter, el carisma, la conciencia, la comunicación, el valor, la convicción y la coherencia.

El liderazgo blando suele contraponerse al "duro", que se considera más rígido, ejerce mayor presión sobre las personas y está centrado en las tareas, y por lo tanto, de estilo más autocrático. Pero en realidad no hay solo dos maneras polarizadas de liderar. Los líderes pueden adoptar muchos estilos, como los enfoques transformacional, delegativo, participativo o autoritativo (en lugar de autoritario).

Muchos elementos de estos otros estilos de liderazgo se hallan en el liderazgo blando. Por ejemplo, el liderazgo participativo también se centra en la comunicación e implica a los empleados en la toma de decisiones, y el liderazgo de servicio se centra en las necesidades de los demás.

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¿Por qué ejercer un liderazgo blando?

¿Por qué ejercer un liderazgo blando?

Las expectativas de los empleados en relación al trabajo han evolucionado; en la actualidad, esperan que su labor les brinde un propósito, y que tanto los líderes como las organizaciones actúen de manera ética y con sensibilidad. Por ejemplo, ahora esperan que sus empresas sean más conscientes de la importancia de los problemas de salud mental, y el 77% de ellos cree que los empleados buscan mejores enfoques en materia de diversidad, equidad e inclusión. De modo que las cualidades humanas, como por ejemplo la inteligencia emocional, son ahora esenciales para el liderazgo moderno.

Un enfoque de liderazgo más blando, que priorice la compasión y la coherencia, puede ser sumamente beneficioso en períodos de cambio e incertidumbre. Esto lo convierte en una elección apropiada para ayudar a los empleados a superar desafíos como la pandemia del COVID y la crisis del costo de vida. Y el liderazgo blando está estrechamente vinculado con un enfoque más integral de la incorporación de las pasiones y las personalidades individuales en el trabajo, en lugar de una división rígida entre la vida laboral, la vida personal y las identidades de las personas.

Todo esto parece corroborar la idea de que el liderazgo blando debería ser el estilo de liderazgo moderno por excelencia. Ahora bien, ¿es siempre el enfoque adecuado o hay situaciones en las que puede ser contraproducente?

Habilidades de liderazgo duras y blandas

Habilidades de liderazgo duras y blandas

Los líderes de hoy en día necesitan una serie de competencias de liderazgo blando para comprometer y motivar a sus equipos e impulsar a sus organizaciones.

  • Asertividad

    Es fácil caer en el error de pensar que el liderazgo blando es débil e ineficaz, y que los líderes que adoptan este estilo son demasiado permisivos. Por el contrario, la asertividad es una habilidad esencial del liderazgo blando. Los líderes siempre deben lograr que las cosas se hagan, sin embargo, los líderes con un enfoque más blando lo logran mediante una comunicación amable y considerada, en lugar de imponer órdenes para que las personas realicen las tareas.

  • Comunicación

    Según MS Rao, ser un buen comunicador es una de las 11 "C" del liderazgo blando. Y es especialmente esencial para unir a las personas en la era del trabajo híbrido y los equipos dispersos. Por otro lado, una comunicación deficiente es costosa para las empresas. De acuerdo con Forbes, el 50% de los trabajadores afirma que una comunicación ineficaz afecta a su satisfacción laboral. Y el 42% afirma que influye en los niveles de estrés.

  • Entablar relaciones

    Básicamente, el liderazgo blando consiste en centrarse en las personas con el objetivo de impulsar un cambio de comportamiento, por lo que la capacidad de fomentar relaciones sólidas es esencial. Los líderes deben esforzarse por generar confianza y dar reconocimiento y tranquilidad. Si mejoran sus conocimientos acerca de los empleados, podrán formar equipos eficaces. Y centrarse en crear relaciones puede ayudar a minimizar los conflictos en el lugar de trabajo.

  • Escuchar

    Contar con buenas habilidades de escucha es clave para un liderazgo eficaz. Hacer que las personas se sientan libres para expresar lo que piensan y tener en cuenta sus comentarios y sugerencias puede ayudar a las organizaciones a beneficiarse de diferentes perspectivas y nuevas ideas. Esta es una habilidad interpersonal que los líderes necesitan ejercitar: según un estudio, el 63% de los empleados sienten que su empresa o superior ignora su opinión. Y el 34% preferiría cambiar de equipo o dejar su trabajo antes que expresar sus inquietudes a la dirección.

  • Mostrar empatía

    Demostrar empatía, es decir, comprender las necesidades, perspectivas y emociones de otras personas, no es solo un modo de crear un lugar de trabajo más cordial, sino que también repercute claramente en la innovación y la motivación de los empleados. Según un estudio de Catalyst, el 61% de las personas con lideres sénior muy empáticos afirmaron que solían ser innovadoras en el trabajo. Esta cifra contrasta con el 13% de las personas con líderes menos empáticos. Además, el hecho de mostrar empatía es un aspecto que se valora: el 88% de los trabajadores encuestados por EY manifestaron que consideraban que el liderazgo empático generaba lealtad entre los empleados.

  • Persuadir y negociar

    A diferencia de un líder autocrático, un líder blando no puede limitarse a ordenar a sus empleados que hagan lo que él diga o adopten su forma de pensar. Por eso es esencial desarrollar habilidades de negociación y persuasión. Plantear las cuestiones en términos de beneficios, hacer las preguntas adecuadas, ofrecer opciones y escuchar opiniones diferentes son todos elementos que contribuyen a negociar y persuadir para lograr resultados satisfactorios.

  • Empoderar

    Los líderes blandos empoderan a sus empleados para que saquen lo mejor de sí mismos. Para ello, es fundamental confiar en las personas lo suficiente como para delegar tareas y responsabilidades. Cuando las personas asumen responsabilidades y pueden hacer propio su trabajo, adquieren nuevas habilidades y aumentan su confianza.

Por lo tanto, las habilidades blandas de liderazgo son esenciales. Sin embargo, en ciertas situaciones, sobre todo cuando hay una tarea bien definida que cumplir, las habilidades duras de liderazgo cobran gran relevancia. A menudo, estas se consideran las habilidades más administrativas, como la gestión de proyectos, la presentación y la planificación. Cuando hay un objetivo claro en mente, corresponde a los líderes marcar la dirección y asignar las tareas de modo que puedan alcanzarse con eficacia.

El truco está en encontrar el equilibrio adecuado entre las habilidades de liderazgo duras y las blandas, y saber cuándo aplicarlas.

¿Pueden los líderes ser demasiado blandos?

¿Pueden los líderes ser demasiado blandos?

Está claro que el liderazgo basado exclusivamente en el mando y el control, en el que el líder es una figura de autoridad distante e inflexible, no sirve en la mayoría de los lugares de trabajo modernos. No obstante, algunos especialistas advierten de los riesgos de adoptar un estilo de liderazgo blando.

Uno de ellos es que no encaja bien con las personalidades de todo el mundo. Hay líderes más reservados y menos colaboradores que otros. Pero eso no significa necesariamente que sean malos líderes. Puede que descubran que otros estilos, como el liderazgo autoritario o el liderazgo estratégico, se adaptan mejor a ellos y a sus organizaciones.

También existe el peligro de que el liderazgo blando conceda demasiada importancia a las relaciones personales. Esto puede dar lugar a que los líderes teman decir cosas que no sean de su agrado, tomar decisiones difíciles o insistir en una dirección por miedo a no caer bien. Las consecuencias pueden ser graves y llevar a las organizaciones por caminos que no les favorecen, lo que en última instancia repercute en los resultados.

La llamada positividad tóxica es otro de los problemas. Uno de los puntos fuertes del liderazgo blando es que modela comportamientos positivos que pueden transformar el lugar de trabajo. Ahora bien, si los líderes evitan el conflicto a toda costa, es posible que las personas imiten su comportamiento y comiencen a ocultar y negar los problemas. Esto puede dar lugar a que todos finjan que las cosas van bien, cuando en realidad hay grandes problemas.

Por último, un liderazgo poco asertivo puede resultar ineficaz, ya que los líderes no dejan claro lo que se espera de las personas, no corrigen los errores y no resuelven los conflictos con rapidez.

Ventajas del liderazgo blando en el lugar de trabajo

Ventajas del liderazgo blando en el lugar de trabajo

Es evidente que el uso de habilidades de liderazgo blando en el lugar de trabajo aporta beneficios notables. Puede crear una cultura en la que las personas sean compasivas, consideradas y respetuosas con los demás, lo que mejora la cohesión del equipo y aumenta el sentido de pertenencia.

Un líder que sabe escuchar fomentará el intercambio de ideas innovadoras, lo que supondrá una ventaja competitiva para su organización. Y como los empleados valoran las habilidades humanas, la contratación, la retención y el compromiso mejorarán.

Sin embargo, la asertividad es clave, y ser blando no debe ser sinónimo de debilidad. Todos los líderes, sea cual sea el estilo que adopten, en última instancia deben plasmar su propia visión en una organización y definir una dirección clara para conducirla al éxito.

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